4 Comentarios

Tu reclamo resuena con las palabras del mismo Jesucristo, cuando dijo: "cuando tuve que salir de mi país, ustedes no me recibieron en sus casas; cuando no tuve ropa, ustedes tampoco me dieron qué ponerme; cuando estuve enfermo y en la cárcel, no fueron a verme" (Mateo 25:43 TLA). Es nuestro deber cristiano recibir al migrante, proveer para sus necesidades, y atenderle en sus enfermedades. Haciendo eco de la cita de Martín Caparrós, convertirnos en la solución en tiempos que "parecieran" no ofrecer soluciones. Con tu pluma (o teclado) estás haciendo tu parte. En otro orden de ideas, me acordé de aquella película de Spielberg, Minority Report... ¿Será que ya estamos en esos tiempos y no lo hemos notado?

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Gracias, Vladimir. Tengo que volver a ver esa película. Me honra saber que estos textos pueden hacer algo. Un abrazo.

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Coincido con tu punto de vista, tomando la distancia pertinente de mi condición de mexicano que vive en México, por supuesto. Tu visión como migrante es muy ilustrativa en torno a la necrópolitica en la que vivimos de manera sistemática y discursiva.

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Gracias por leer y comentar, Marcos. Que nuestros puntos de vista coincidan en esto es señal de que estamos viendo hacia el mismo punto: las personas y lo humano.

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