En esta entrega de Inteligencia Natural hablaremos de la clase media como cosmovisión irracional, del colapso silencioso de la promesa de bienestar y la desnutrición simbólica de este siglo.
Of course. Mark Fisher es uno de los patronos de este boletín. Te recomiendo muchísimo –si acaso no lo has leído– la recopilación de artículos de su blog, K-Punk. Este newsletter se inspira un poco en esa intervención pública de la época dorada de los blogs.
Me quedo con esta frase: “Estamos sobreviviendo con ideas de éxito, trabajo y bienestar que vienen de un mundo desaparecido hace décadas y que el capitalismo cibernético ha restablecido en forma de simulación exasperante” porque considero que es una realidad para mí y los demás clasemedieros de hoy a la salida del sol. Vivimos con las ideas prestadas del pasado pero nos retas a pensar, e incluso construir nuevas realidades. ¿Cómo lo hacemos? No creo que sea cada cual tratando de hacer lo mejor que puede en el simulacro aislado de su destino. ¿Verdadera comunión? ¿Verdadero compañerismo? ¿Un regreso al fellowship cristiano con el interés genuino en el otro? No sé, pero terminé con más preguntas que respuestas, como te darás cuenta. Gracias por estimularnos a pensar.
Una lectura muy apropiada para tratar estos tiempos de precariedad e incertidumbre en los que estamos inmersos.
Me encantó la descripción del surgimiento de las clases medias como las entendemos hoy. Me pregunto si no es la desigualdad y su visibilidad actual lo que rompe el modelo.
Yo me quedo con la tuya: "No creo que sea cada cual tratando de hacer lo mejor que puede en el simulacro aislado de su destino". Por ahí comienza todo esto: por interrogarnos –en serio y con voluntad de transformación– de qué otras maneras podemos vivir y avanzar en esta tierra. Y eso afecta los hábitos más simples sobre los cuales se configura nuestra existencia clasemediera: desde los alimentos procesados hasta el doomscrolling, desde los presupuestos familiares hasta las dimensiones éticas de lo que uno decidió hacer para ganarse la vida. Si estoy cerrando filas con el Dios de Abraham y Terror de Isaac es porque tengo muy presente lo que dijo Foster Wallace: "en las trincheras de la vida adulta, el ateísmo no existe".
Por supuesto, Lissette. La desigualdad hoy tiene mucho más que ver con estas concentraciones obscenas de capital que drenan las economías familiares –y las energías vitales, no olvidemos eso– a través de instrumentos y prácticas muy sofisticadas: financieras, ideológicas, cognitivas, etc. El modelo está roto, entre otras cosas, porque convirtió esa desigualdad en otra fase de la competencia: si no estás del lado del capital, eres un fracaso. Tremenda trampa. Gracias por tu lectura, mi estimada.
Of course. Mark Fisher es uno de los patronos de este boletín. Te recomiendo muchísimo –si acaso no lo has leído– la recopilación de artículos de su blog, K-Punk. Este newsletter se inspira un poco en esa intervención pública de la época dorada de los blogs.
Me quedo con esta frase: “Estamos sobreviviendo con ideas de éxito, trabajo y bienestar que vienen de un mundo desaparecido hace décadas y que el capitalismo cibernético ha restablecido en forma de simulación exasperante” porque considero que es una realidad para mí y los demás clasemedieros de hoy a la salida del sol. Vivimos con las ideas prestadas del pasado pero nos retas a pensar, e incluso construir nuevas realidades. ¿Cómo lo hacemos? No creo que sea cada cual tratando de hacer lo mejor que puede en el simulacro aislado de su destino. ¿Verdadera comunión? ¿Verdadero compañerismo? ¿Un regreso al fellowship cristiano con el interés genuino en el otro? No sé, pero terminé con más preguntas que respuestas, como te darás cuenta. Gracias por estimularnos a pensar.
Conoces a Mark Fisher (el de Capitalismo Realista)? Un poco en esta situación que describes
Una lectura muy apropiada para tratar estos tiempos de precariedad e incertidumbre en los que estamos inmersos.
Me encantó la descripción del surgimiento de las clases medias como las entendemos hoy. Me pregunto si no es la desigualdad y su visibilidad actual lo que rompe el modelo.
Yo me quedo con la tuya: "No creo que sea cada cual tratando de hacer lo mejor que puede en el simulacro aislado de su destino". Por ahí comienza todo esto: por interrogarnos –en serio y con voluntad de transformación– de qué otras maneras podemos vivir y avanzar en esta tierra. Y eso afecta los hábitos más simples sobre los cuales se configura nuestra existencia clasemediera: desde los alimentos procesados hasta el doomscrolling, desde los presupuestos familiares hasta las dimensiones éticas de lo que uno decidió hacer para ganarse la vida. Si estoy cerrando filas con el Dios de Abraham y Terror de Isaac es porque tengo muy presente lo que dijo Foster Wallace: "en las trincheras de la vida adulta, el ateísmo no existe".
Por supuesto, Lissette. La desigualdad hoy tiene mucho más que ver con estas concentraciones obscenas de capital que drenan las economías familiares –y las energías vitales, no olvidemos eso– a través de instrumentos y prácticas muy sofisticadas: financieras, ideológicas, cognitivas, etc. El modelo está roto, entre otras cosas, porque convirtió esa desigualdad en otra fase de la competencia: si no estás del lado del capital, eres un fracaso. Tremenda trampa. Gracias por tu lectura, mi estimada.